Hoy te proponemos empezar con un recorrido mental.Estás en el centro de la ciudad de Salta, y cruzas la Plaza 9 de Julio. ¿Qué elementos infaltables vas a encontrar?Seguramente pensaste en el monumento al General Arenales, la Glorieta y en la parvada de palomas que empiezan a revolotear a tu paso.A pesar de que las palomas resultan un tremendo atractivo, sobre todo para las infancias que intentan atraparlas o hacerlas volar, pueden constituir un verdadero problema para la salud.Por este motivo, la Municipalidad de Salta está impulsando una campaña de concientización para evitar su proliferación y disminuir el riesgo de enfermedades.Así que hoy desde PachaData queremos aportar nuestro granito de maíz para visualizar la importancia de controlar la población de este animal. |
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Plaza 9 de Julio. Foto Saltasoy |
Hay una paloma blanca que está volando en este lugarLo sabemos, la mayoría de las palomas que encontramos en los espacios públicos no son blancas, pero en el imaginario popular estos animales suelen representar un símbolo de paz y generan empatía por parte de las personas.Además, es habitual encontrarnos en un parque o plaza con personas que llevan pancito, pochoclo o semillas para alimentarlas y rodearse de ellas.Sin embargo, también es ampliamente sabido que las palomas son potenciales transmisoras de enfermedades, y su proliferación favorece una mayor exposición a los virus que pueden propagar.Un estudio reciente detectó indicadores de cepas de Escherichia coli en heces de palomas de las plazas infantiles. Esta enfermedad es muy riesgosa para niños pequeños.Por otro lado, hay varios trabajos científicos publicados en diferentes lugares del mundo en los que se analizó la percepción social sobre la presencia de las palomas en espacios públicos y su importancia para la salud.Por ejemplo, investigaciones realizadas en Costa Rica y en Perú indican que, a pesar de que las personas son conscientes de que las palomas pueden convertirse en plaga y transmitir enfermedades a través de sus heces, existe una preocupación por su incapacidad de obtener alimento por cuenta propia, contar con refugio o sufrir maltrato.La realidad es que, aunque los animales en general nos produzcan cierta sensibilidad, es importante reconocer algo de lo que hablamos seguido en PachaData y es que algunas palomas en nuestra región son especies invasoras.La especie Columba livia, que es la paloma de las plazas, viene de Europa y Asia y fue traída a América del Sur hace 500 años, con el inicio de la colonización.Es considerada invasora en la mayoría de los países, incluyendo Argentina, ya que compiten con especies de palomas nativas (ocupan sus espacios y se alimentan de lo mismo). |
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La propuesta de Salta En algunas ciudades como Rosario de Lerma se utilizaron ultrasonidos para ahuyentarlas pero no tienen un efecto en la reducción de la población, además que se acostumbran al sonido y deja de ser efectivo.El alimento es uno de los requisitos básicos para que la población pueda crecer en número de individuos. Concientizar sobre la necesidad de impedir la provisión de alimentos es un método económico que podría favorecer el control poblacional de palomas. ¿Todas las palomas son invasoras?Como ya te comentamos un poco más arriba, la paloma que habitualmente vemos en las plazas pertenece a una especie en particular: Columba livia.Sin embargo, Argentina es un país megadiverso, y el NOA es una excelente muestra de ello, y contamos con un interesante número de especies nativas.De las 23 especies de palomas argentinas, 16 se encuentran en el NOA distribuídas y adaptadas a las diferentes condiciones que podemos encontrar en cada una de sus ecorregiones.Entre ellas podemos destacar a la hermosa paloma Picazuró (Columba picazuro), a la Yerutí Yungueña (Leptotila megalura) y a la palomita ojo desnudo (Metriopelia morenoi). |
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Fotos. A la izquierda paloma picazuró (Columba picazuro), en el centro a la yerutí yungueña (Leptotila megalura) y a la derecha la palomita ojo desnudo (Metriopelia morenoi). Autor de cada foto en las imágenes. |