Incendios forestales en Salta y Jujuy: entre el cambio climático y la prevención

En las últimas semanas, diferentes medios locales y nacionales vienen compartiendo el siguiente titular: “Alerta de incendios en el norte del país”. Para quienes residimos en esta región no es novedad, ya que con la llegada de agosto la estación seca se acentúa, las temperaturas aumentan, y tanto pastizales como zonas con árboles y arbustos se convierten en el combustible necesario para propiciar incidentes ígneos.

No obstante, no son solamente las áreas forestales las principales afectadas, sino también zonas urbanizadas donde se realizan quemas para limpiar terrenos o eliminar basura, tal como se indicó en la nota publicada por Infobae.

Indudablemente, sea cual sea el origen del inicio del fuego, se vuelve sumamente necesario comprender el incendio como proceso para poder delinear estrategias de adaptación, mitigación y prevención.

Fotografía: Marisel Morales

Por eso, para abordar esta temática entrevistamos a la especialista en fuego de la región, la Doctora en Ecología y Gestión de Fuegos de Vegetación Marisel Morales, para que nos ayude a comprender este fenómeno.

Para que el fuego perdure las condiciones climáticas deben ser óptimas. Actualmente, los incendios son cada vez más frecuentes y severos, debido a que gran parte de los bosques del noroeste argentino fueron transformados para agricultura, ganadería, zonas industriales y urbanas. Los bosques remanentes son más propensos a los incendios ya que tienen mayor exposición a vientos que ayudan a la propagación del fuego. Es por este motivo que las quemas no controladas realizadas por las personas pueden ocasionar grandes daños y pérdidas tanto económicas como ambientales. Se espera que el cambio climático en curso altere la frecuencia y la gravedad de los incendios, lo que puede conducir a la pérdida de superficie boscosa y su biodiversidad asociada.

Luego de un incendio la estructura de vegetación del bosque se modifica, dado que se ve reducida por el fuego, mientras que la fauna puede morir por quemas y asfixia. En etapas sucesionales posteriores también se limitan los recursos que la fauna necesita para cumplir su ciclo de vida.

La alteración en el régimen natural del fuego puede producir grandes pérdidas de flora y fauna, e incluso incendios estructurales y/o de interfase en localidades cercanas, así como pérdidas económicas para la lucha contra el fuego y problemáticas asociadas con el humo.

Además, los incendios forestales provocan aumento en la carga de combustible, aumento de temperatura, lo que contribuye al cambio climático y un mayor aporte de CO2, creando una retroalimentación positiva que tiene como resultado incendios más frecuentes y severos.

En las siguientes fotos podemos ver un bosque de Yungas en regeneración después del fuego (Foto: Marisel Morales) y un bosque de Yungas en buen estado de conservación (Foto: Sofía Alcalde)

Las quemas prescriptas son medidas relativamente económicas y las más usadas por su eficacia para la prevención y manejo del fuego, pero no siempre pueden ser usadas, y para poder usar esta herramienta son necesarios estudios ecológicos del fuego en cada ambiente.

A nivel gubernamental, se debería invertir en estudios ecológicos del fuego, basar las medidas de gestión con opiniones y estudios de expertos en el tema, focalizar la gestión en la prevención de incendios forestales, garantizar la conservación y conectividad de los bosques en buen estado de conservación, mantener áreas quemadas (que no se destinen para otros usos), realizar planificación y manejo de áreas urbanas.

A nivel comunitario, la mayoría de los fuegos ocurridos en el noroeste argentino son causados por las personas, tanto de forma intencional como por negligencia. Por este motivo, la educación ambiental es uno de los grandes pilares para la prevención de incendios a corto, mediano y largo plazo.

Hay que entender que el fuego no es bueno ni malo, de hecho, está presente de forma natural en la mayoría de los ecosistemas terrestres. Hay una cosa que es segura, los incendios siempre estuvieron y seguirán presentes en el futuro. En algún lado leí algo que me parece oportuno mencionar y lo resume todo: “¿Cómo vamos a lidiar con ellos (fuegos)? Tenemos que preguntarnos: ¿qué tipo de humanos queremos ser? ¿Humanos que luchan contra la naturaleza o humanos que viven con la naturaleza? La forma en que lidiamos con el fuego será nuestra prueba. Si fallamos, perdemos.”

Agradecemos profundamente a la Dra. Marisel Morales por su valiosa contribución y conocimientos en torno a esta problemática. Indudablemente, la relación entre el fuego y los ecosistemas es compleja, pero la acción humana desempeña un papel clave en la prevención de incendios descontrolados.

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